Por Verónica Torres
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Con profunda emoción esperaba su visita desde aquella hermosa ciudad, la Perla de Occidente. Ávida de historias en las que libraba batallas, combatía, vencía dragones, conocía príncipes, princesas y secretos que sólo a mí se me revelaban, la pequeña niña anhelaba tanto la llegada del tío Cecilio. Lo cierto es que las primeras historias, las evocadas bajo el ala materna, despertaron esa inquietud por descubrir, imaginar y soñar, pero la cansada voz de Cecilio, a quien desde niña recuerdo como el abuelo que en sus piernas me sentaba, formaba parte del ritual en el que la lectura se conformaba, para mi, como parte de un placer de encuentros y reencuentros.
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Y ni tarda ni perezosa lo abordaba con un beso y el libro que estrenaba empastado color tinto con hojas que, añejas por el tiempo, se tornaron amarillentas. “Un cuento, por favor” y con una sonrisa convencía al viejo y –de nuevo– Cecilio, mi tío Cecilio, leía las maravillosas historias de Los piojitos de la princesa, La salchicha que no quería ser asada, ¡Firlefanz! o El jarrito que quiso ir a pasear.
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Cada vez que don Cecilio nos visitaba, tres, cuatro, cinco historias eran parte del regalo que su llegada me traía. Con el pasar de los años, su voz, que aún me susurra de vez en vez algunas palabras, hacía pausas, bajaba de volumen, se oía cansada… y de pronto; cuando el héroe herido casi lograba vencer al dragón de tres cabezas, la historia se detenía y tras el silencio, un sonoro ronquido comenzaba…el tío vencido por el sueño, se había dormido.
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Pacto de honor
“Si me sigues leyendo, te prometo –apenas balbuceé que cuando yo sepa leer, te voy a visitar y te leeré todas las historias que quieras y no me dormiré”. El héroe, el dragón y todos los personajes cobraban vida mientras el tío luchaba contra el sueño que le obligaba a cabecear de vez en cuando.
Las visitas de Cecilio ya no fueron tan comunes. La lectura, desde niña mi fiel compañera, comenzó a formar parte de mis más importantes actividades. Después de la literatura fantástica vinieron historias reales que dejaban entrever parte del entorno que me rodeaba y del cual yo aprendía a cada instante.
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Un pasaje claro de mi infancia es mi padre en los juegos mecánicos del parque tratando de invitarme a brincar, correr y yo, con el libro en la nariz; leyendo cada frase, letra por letra y fascinada de poder, yo misma, dar vida a esas historias y a esos personajes.
Mis juegos eran derroche de imaginación, sin estereotipos ni estándares, sin límites o barreras…inventábamos (mi hermano y yo) historias nuevas, desenlaces fantásticos; a veces tristes, a veces sumamente divertidos y nuestra fantasía se desplegó.
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Descubría el mundo, indagaba sobre él, crecía y de esta manera me hice adulta. Si algo tengo claro es que el crecer de la mano de la lectura contribuye en gran medida a que hoy mi preocupación principal sea precisamente fomentar el hábito de la lectura en niños, a través de ciertos lineamientos educativos.
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Una promesa es una promesa
Toda vez que mi lectura fue mejorando y antes, incluso de entrar a la escuela, visité la hermosa ciudad de Guadalajara y en la casa del tío, en Colinas de la Normal, recorrí el pasillo de entrada corriendo, al llegar a la habitación del fondo, abracé fuertemente las piernas de mi viejo y grité: “ya sé leer, ya sé leer… y vengo a cumplir mi promesa”.
Sentada en sus piernas tomé el periódico y comencé a leer, letra por letra, palabra por palabra cada una de las notas hasta que una gota cayó en una de las páginas…el buen tío llorando murmuraba, “ya sabe leer, ya sabe leer… y vino a cumplir su promesa”.
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Verónica Torres reside en México, D.F y estudió comunicación y relaciones públicas en la Universidad Latinoamericana. Actualmente se desempeña en el área de Administración y marketing de la empresa MicroStrategy México.
Efectivamente tienes razón los niños para motivarse a leer deben ver que los adultos lo hacen, para que en ellos se despierte el interés por la lectura.
Fijate Veronica que yo estoy haciendo una tesis sobre la comprensión lectora en los jóvenes de primero de secundaria y me interesó mucho tu material.
Gracias y felicidades que sin ser docente te diste a la tarea de despertar el interés en los niños hacia la lectura.
Publicado por: Maricela Barrera Contreras | 08/06/2012 en 08:54 p.m.
Vero:
Estoy segura que con tu pasiòn por la lectura causaras sinergia a tu alreredor y deseo que en tu camino hacia tu sueño encuentres todos los medios necesarios para realizarlo, por lo pronto cuentas con mi apoyo y toda la buena vibra y si en algo de te puedo ayudar aqui estoy ojala pudiera aportar mi granito de arena. Felicidades
Saludos Vicky Gatica desde Cd. Victoria, Tam., México
Publicado por: Virginia Gatica Ramirez | 11/03/2012 en 12:25 p.m.
Vero
Te felicito me has hecho llorar de la emoción y sentirme un poco egoista de no haber actuado como tu tío en el momento preciso con mis hijos y sobrinos. Pero esto es una promesa, a partír de hoy, me convertiré en "el tio Cecilio".
Muchas gracias y mil felicitaciones por tu hermoso y tan entrañable trabajo.
Publicado por: Verónica Sánchez | 26/10/2009 en 03:57 p.m.
Casi se me corta la respiración al leer este relato en el que se menciona un cuento que llevo buscando "tan solo" hace cuarenta años.Lo leía de muy niña,nunca más he podido localizarlo ni saber quien fué su autor.
Os pediria encarecidamente,apelando a la sensibilidad con que esta escrito este relato, me informaran sobre el cuento del jarrito.nadie y he conocido a buenos lectores lo conoce.Mil gracias de antemano.Lola Giner
Publicado por: lola giner | 22/01/2009 en 05:09 p.m.
trata de una niña que su tio Cecilio le lee cuentos de princesas, drogones, batallas.
El tio Cecilio envejece y ya no le puede contar cuentos entonces la niña le promete que cuando ella aprenda a leer le contaria un cuento como el le contaba de pequeña.Cuando la niña aprende a leer su aficion es la lectura dice que es importante caminar de la mano de los lobros ya que ellos nos ayudan a formarnos.
Yo pienso que es miy importante leer y aprender de los libros como lo platica en la lecctura, para poder triunfar en la vida se necesita de alguien en quien basarse como lo son en los libros
Publicado por: Areli Yazmin Perez Olmos | 21/05/2007 en 03:32 p.m.
No hay duda, nada mejor que leerle un cuento a un niño para que èste lo atesore como uno de los mejores recuerdos de su niñez y sea su primer paso para amar la lectura. gracias por recordarnoslo, veronica, con historia de promesa. Felicidades y Adelante.
Publicado por: Teresita Santa Cruz Estigarribia | 21/07/2006 en 03:13 p.m.
necesitamos mas gente como veronica para fomentar la lectura y asi subir el nivel sociocultural de latinoamerica.
felicidades
Publicado por: OCTAVIO HUITRON | 13/07/2006 en 04:26 p.m.
A los buenos comentarios de mis amigos y compañeros de trabajo agrego los míos, con profunda admiración
Publicado por: Arq. Rigoberto Torres Salcido | 13/07/2006 en 12:45 p.m.