Las librerías juegan un papel clave en la promoción de la lectura en una sociedad. Junto con el Gobierno, los padres de familia, los profesores y los bibliotecarios, los libreros deben primero, descubrir y luego asumir con creatividad y responsabilidad social su rol en la comunidad donde desarrollan su actividad económica. La atención al cliente no sólo es muy importante si quieren que el cliente regrese y aumente su rentabilidad -que finalmente es lo más importante para un empresario que aún no es socialmente responsable-, sino también es un factor importantísimo para incrementar el número de lectores. En un país donde la lectura es vista como algo lejano, aburrido y caro, es un pecado maltratar a aquellos pocos que quieren leer y evitan a los piratas yendo de compras a una librería. Y luego se quejan por que la piratería triunfa sobre los medios formales.
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Roxana una periodista peruana residente en USA, autora del blog A doce horas, está convencida que los libreros deben contribuir a aumentar el número de lectores peruanos, pero por las siguientes experiencias que nos cuenta a continuación duda que esto se este logrando. Seguidamente, publicamos el post publicado el pasado 5 de setiembre en su blog. Críticas constructivas como esta, pueden ayudar a cambiar la mentalidad y hacer reflexionar de cómo todos debemos participar en la promoción de la lectura en el Perú.
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Desenfoques de servicio al cliente
Por Roxana Rojas L.
http://adocehoras.blogspot.com/
Las siguientes son un par de anécdotas que me demostraron como algunas personas que venden libros no han leído ni uno solo en su vida; de lo contrario serian mas humanas, mas respetuosas, mas educadas, mas amables, mas agradables, mas cariñosas; en conclusión, mas marketeras.
Como tengo dos niñas hablando ingles todo el tiempo, cuando viajo a Perú entro corriendo a las librerías a comprar libros en español y más en español.
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Esto es lo que ocurrió. En Lima, en esa librería familiar tan bonita y elegante del Jockey Plaza, entro con mis dos hijas y mis dos sobrinos, solo yo mayor de seis anos. Ellos corren a la sección de niños y los observo como desean devorar las historias y sus figuras coloridas. Voy a comprar lo que quieran, pienso. En ese momento aparece una señora con cara de bruja, la encargada de la tienda.
No deberían contratar señoras con cara de brujas en las librerías. O seria la dueña?. Se acerca a los niños, les dice que no toquen y se queda parada cerca husmeando; los pequeños se sienten cohibidos y su emoción se esfuma. Había libros malogrados y medio rotos, seguramente por otros niños, pero no tenia derecho. A esa señora de hecho no le interesaba que haya mas lectores en el Perú.
Cuando me acerco a la caja, llevo conmigo pesados volúmenes con hermosas ilustraciones, colecciones completas de cuentos infantiles y otros tesoros en mi lengua madre; tengo suficiente espacio en la maletas para que un avión los traslade al aeropuerto de Washington DC, donde mi esposo me recogerá, previa advertencia, en una camioneta, que es la mas aparente para cargar tanto bulto. La señora, no se inmuta. Empieza a registrarlos.
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Siempre he sabido que los libros son caros en Perú. En otros tiempos mis libros favoritos eran los usados de la calle Grau; pero con niños no me atrevo a entrar por esos lares; y habiéndome acostumbrado a recibir descuentos, sonrisas y comentarios en las Bookstores acá en Estados Unidos, esperaba algún gesto de cortesía, amabilidad, pero nada. Siempre había dicho que entrar al JP es como entrar a cualquier centro comercial aquí en Estados Unidos, pero me equivocaba, mi memoria me falla. Jure que nunca regresaría a esa tienda. Y así lo he hecho.
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Sin embargo mi terquedad y mi mala memoria me llevaron a vivir una experiencia parecida al ano siguiente. Sucedió en Piura, pasaba por esa librería que queda a una cuadra de la Av. Sánchez Cerro, aquella que me gusta porque tiene estantes y estantes de libros, sin ser elegantosa. Al dueño lo recuerdo desde los tiempos en que yo era una estudiantucha a tiempo completo (o seria su padre?), se sienta siempre en un escritorio cerca a la puerta de entrada con la caja registradora enfrente. Nunca lo he visto levantar la mirada para saludar a los cuatro gatos que atraviesan ese umbral. Encuentro maravillas, para mi son maravillas porque están en español. Los precios son altos, pero si llevo una cantidad considerable de libros, seguro que me darán descuento. Se lo pregunto a la ayudante, que me resulta amable. La veo ponerse incomoda porque va a tener que acercarse al jefe a preguntarle. Camina hacia el escritorio y le habla, ni aun entonces el levanta la mirada. Y regresa diciéndome que lo lamenta pero el jefe dice que no se da descuentos. Por supuesto que pague, pues se trata de libros, para mí tesoros. Si el dueño se hubiera acercado a mí y me hubiera dicho que la situación económica del país no permite hacer descuentos, que los impuestos y los derechos de impresión y publicación son más caros en Perú que en cualquier otro país, si me hubiera mirado a los ojos, hubiera estado allí de regreso al año siguiente.
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Y al año siguiente, para sorpresa de todos, lleve libros de acá para allá, en español. Ordene todo lo que quise por Internet y me resulto mucho más agradable, más económico; y aunque la computadora no me sonríe, me siento mas contenta. Además, nunca pago sobrepeso en el aeropuerto porque tengo derecho a 70 kilos por persona, y como somos tres, no hay problema!.
Soy una fanática compradora y regaladora de libros. Me gusta como mis niñas se sientan en el suelo a leerlos en las tiendas y acaso algún vendedor se acerca para leerles; muchas veces yo leo para la más pequeña y un vendedor lee para la mas grande. A mi sobrina de 8 anos la llamo por teléfono con frecuencia a Perú para preguntarle que pagina esta leyendo del ultimo libro que le regale. En las bookstores siempre preguntan sonrientes "how can I help you", y cargan la bolsa inmensa de libros hasta el auto. Con mi cartera llena de bonos de descuento para mi próxima visita, regresamos a casa felices, sabiendo que esa noche todos sonaremos con letras y con sonrisas.
"La lealtad del cliente se construye sin descuidar estas tres frentes de relación: quieren ser servidos, escuchados y apreciados" (Lo cito mi profesora de Publicidad en un articulo). Y en mi país, todavía falta mucho para alcanzar esta meta. Por ahora, el que no conoce no extraña y nadie sufre. Digo yo.
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Roxana Rojas es Licenciada en Ciencias de la Comunicación (U. de Piura), con especialidad en Periodismo Escrito. Amante de los libros reside en USA con su familia.
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CONSIDERO MUY ASERTADO EL COMENTARIO QUE REALIZA LA PERIODISTA ROXANA SOBRE LA FALTA DE INTERE, AMABILIDAD Y CORTECIA HACIA LOS FUTUROS COMPRADORES (NIÑOS), NO LOS RECONOCEN COMO LECTORES POTENCIALES QUE EL DÍA DE MAÑANA SERAN SUS CLIENTES Y SOBRE TODO NO PROMUEVEN LA LECTURA A LOS MÁS JOVENES OCACIONANDO EN ELLOS FALTA DE INTERES HACIA EL LIBRO.
ES IMPORTANTE QUE LOS DUEÑOS DE LAS LIBRERIAS CAPACITEN A SU PERSONAL EN AMABILIDAD, CORTECIA Y SERVICIO, ESTO LES AYUDARA A MEJORAR EN LO PERSONAL Y EN LO PROFECIONAL
Publicado por: EMR | 22/08/2008 en 08:00 p.m.
hola como estan yo estoy muy deacuerdo con lo que dijo mameri pero porque no tambien ponen narnia,harry potter o libros para adolesentes,adultos ganarian mas y tendrian mas clientes y vendrian mas seguido asi hiria yo tambien aya muy seguido y les diria a mis amigos que vayan astaluego espero verlos pronto y tambien espero que lean mi carta gracias
Publicado por: gabriel | 09/06/2008 en 02:14 p.m.
hola .sabes..quiero saber ..si lo pueden conseguir los libros con la biografia de hectore lavoe son 3 libros actualmente en el mercado por favor si lo tienen escriba ...le agradesco musho por esto
Publicado por: francco | 31/08/2007 en 11:09 p.m.
El post que escribió Rox nos lleva a una reflexión muy válida acerca de cómo podemos acercar más a nustro público al consumo de lectura, y esto debe partir por el mismo personal que atiende en las librerías. En este sentido me parecen excelentes las alternativas que ha propuesto Consuelo en el caso de los libros para niños. Si Estados Unidos es un ben ejemplo de servicio al cliente en ese aspecto, podríamos tratar de imitarlo. El caso de Perú no es único, acá en Chile también encuentras muchos vendedores que no tienen idea de los libros que ofrecen y el acceso de los niños a la literatura infantil es bastante escaso. Mejorando nuestras políticas de servicio al cliente podríamos a largo plazo crear hábitos de lectura más permanentes.
Saludos
Publicado por: Ursula | 02/10/2006 en 01:52 p.m.
Gracias Carlos por compartir tu tiempo y parte de tu experiencia en el rubro de las librerías en el país, definitivamente una cosa es haber estado en la batalla y otra haberla visto por TV. Nos dejas clarísimo que el sector editorial peruano es demasiado frágil y por el momento casi imposible asumir costos excesivos ya que la mayoría de libros para niños son importados con un costo altísimo y por otro lado tenemos que no hay mucha demanda.
Considero que en el mediano y largo plazo, aquí habría que trabajar por varios frentes: 1- El gobierno, con los impuestos y leyes favorables relacionadas a la industria del libro; 2- Las editoriales y librerías, para realizar campañas creativas y de bajo costo para atraer posibles clientes, 3-Ministerio de educación y organizaciones civiles y culturales para incentivar la producción de libros de calidad, escritores e ilustradores infantiles, 4- Universidades o institutos, para formar educadores y profesionales especializados en promoción de lectura, y 5- la sociedad civil y padres de familia para darle la importancia debida a la lectura.
Con respecto al punto 2, tema de este post, creo que en el corto plazo y para comenzar si se podrían realizar algunas cosas. Las extraigo de los comentarios y aunque vengan de diferentes perspectivas (librería vs. consumidor) todas tienen un mismo objetivo: Educación para los padres, ofrecer libros de calidad nacionales para no tener que depender de las importaciones e inversión en campañas de bajo costo pero con una retribución alta.
Que opinas por ejemplo si las librerías/editoriales harían cosas como estas? En tu opinión como experto en el rubro, crees que demandaría un costo exagerado o sería impráctico? Aquí una lista con las sugerencias surgidas de los comentarios de este post:
a. Contratar personajes especiales como mimos, muñecos, payasos, clowns (como hizo el ex -alcalde de Bogotá), cuya misión no sea sólo entretener sino vigilar y educar en la sección de literatura infantil/juvenil de una librería.
b. Poner a disposición de “toqueteos” sólo versiones de bajo costo y con mayor número de ejemplares que subsidien en un % el libro de muestra.
c. Para los libros super caros e importados con pocas unidades, organizar eventos de cuenta-cuentos o concursos, para llamar la atención.
d. Anfitrionas (practicantes de educación inicial x ejemplo) para que lean cuentos, cuiden y eduquen tanto a padres como niños.
e. Dar charlas y entrenamiento a los vendedores sobre atención al cliente
f. Mayor cantidad de pequeños eventos periódicos promocionando determinados libros (cuenta-cuentos, titeres, etc)
g. Creativos carteles en las librerías que digan (como dice Rox) “Los libros son tus amigos, trátalos bien”
h. Promover el voluntariado para leer cuentos (y vigilar la destrucción!) en las librerías
i. Que las editoriales con mayor solvencia, organicen visitas llevando libros a los colegios y/o centros comerciales para promocionar sus novedades o colecciones especiales.
j. Brindar mayor información sobre los libros que venden ya sea a través de sus páginas web o x medio de boletines en sus locales
k. Organizar encuentros entre ilustradores y escritores y los niños
l. Que las librerías organicen o participen en festivales de lecturas en parques o centros comerciales instalando pequeños stands con algunas muestras de libros.
Publicado por: consuelo | 28/09/2006 en 03:29 p.m.
Como autora del texto, me siento responsable por responder a los comentarios.
* A Mameri, que tus buenos deseos como consumidora de libros se hagan realidad y que sean apoyados.
* Al senor Arellano, estoy absolutamente de acuerdo, sobre tecnicas de atencion al cliente hay que tratarlo con el dueno. Y si me lo permite La casa en el arbol, escribire algo sobre eso en una proxima colaboracion.
* Al senor Carlos, interesantisimo su punto de vista como abogado del diablo. Proximamente una periodista especializada en economia, promete realizar un analisis de la situacion economica de la industria del libro en el Peru y publicarlo en La Casa del Arbol. Apuesto a que sale algo interesante.
* A Consuelo, lo de las anfitrionas en las librerias es una idea maravillosa, y hay muchos modelos de otros paises a seguir.
Hay todavia mucho por decir y hacer sobre este tema.
Gracias
Publicado por: Rox | 27/09/2006 en 12:25 p.m.
Otra vez el punto de la fragilidad del negocio, trabaje en Ibero y cuando digo que me ocupaba de la parte comercial me refiero a que tenia que ver no solo las librerias de la empresa (que eran cinco cuando me fui) sino ademas la labor de distribucion a clientes (crisol y la citada libreria del JP que quebro, entre ellos) y la importacion de material.
Por que menciono esto. para dejar sentado un punto, conozco el mercado, lo conozco demasiado bien, por desgracia y te comento que es imposible poner margenes como los que pides.
tienes una idea de cuantas salchichas se venden en un supermercado para subsidiar la que te dan a probar???
Tienes idea de cuantos ejemplares se importan pára el Peru de un libro infantil como los que los niños suelen destrozar?
recuerdo que cuando Ibero representaba Kalandraka se traian como maximo diez ejemplares de un libro, ¡para todo el pais! los motivos: el libro, recargado de impuestos salia caro para el publico local.
convertir uno de ellos en muestra para que lo toqueteen, pues se convierte en una decision dificil, por que obligaria a repartir su costo entre los demas libros de su lote.
Yo creo que la solucion es que mas editoras locales hagan material de calidad para niños, dentro de una escala que permita esas politicas.
Y por supuesto, educar a los padres.
respecto a que no te dejaran anotar el nombre de un libro, pues si fue un abuso.
Como me parece un abuso comparar B&N con las librerias de acá. Barnes vende en un día lo que todas las librerias del Perú venden en un año (alguna vez te has puesto a pensar cuantas librerias hay en el Perú? te doy la cifra, no llegan a 50, si cuentas solo las librerias formales y no llegan a 100 si cuentas los campos feriales tipo quilca o amazonas calcula esa proporcion por el numero de habitantes)
Saludos
Publicado por: C | 27/09/2006 en 09:43 a.m.
Hola Carlos, gracias, q interesante! El punto de vista de alguien que trabajo en una cadena de librerías, genial!!
Tienes toda la razón en tres cosas: a nadie le gusta perder plata (menos al dueño de un negocio tan frágil como las librerías en el Perú), la gran mayoría de niños destruyen todo lo que tienen a su paso y hay padres irresponsables y vivos que no asumen las consecuencias.
Pero creo que ante todo problema siempre hay una posible solución y estrategia para abordarlos y también creo que si no se piensa románticamente nunca se logrará cambiar nada.
Como consumidora de libros y asidua concurrente a librerías, doy mi opinión: Considero que las librerías deben comenzar por aquello que pueden controlar, es decir que ni pierdan su tiempo en querer transformar a los padres y los pequeños monstruos destructores.
Se me ocurre que en el caso específico de la sección de niños, las librerías deben provisionar ya una pérdida, y verlo más como una inversión en publicidad, como "muestras".
Hace poco una lectora del blog que es especialista en marketing bellow the line, dictó una charla sobre estas técnicas (muestras, impulsadoras) para el sector editorial y estuvimos discutiendo como se podrían aplicar a los libros. Así como las empresas que venden yogurts y hotdogs envían a sus impulsadoras a invitarnos a probar estos productos, las librerías deberían de tratar de hacer algo similar adecuado a su realidad, ya que si no te dejan probar el producto pues simplemente a menos que tengas una super referencia, no lo compraras.
Pero que encontramos aquí? libros embolsados que no se pueden ni hojear!!! O vendedores que te miran mal cuando vas hojeando un libro más de 5 minutos!. Hace tres años me acuerdo que quería regalar un libro de Savater, el título me pareció interesante pero antes de regalarlo quería asegurarme que el contenido fuera el que yo pensaba que era. Era filosofía y necesitaba tiempo, leer algunos párrafos, el índice etc, el vendedor me dio el libro y mientras yo lo leía se quedó parado a mi costado los 25 minutos que necesite para decidirme si compraba o no!!
Y recuerdo mucho también, hace unos años en otra librería, en la sección de libros de arte vi un cuadro de Da Vinci y quise apuntar el nombre para buscarlo luego en Internet y no me dejaron apuntarlo. La vendedora que me había prestado el lapicero, se dio cuenta para que era y vino corriendo a quitármelo (claro q muy amablemente) pero me hizo sentir como si estuviera robando información confidencial. En esos segundos llegué a pensar que realmente estaba cometiendo un delito!!
Ironías de la vida, unos años después cuando viví en USA por un tiempo, no podía creer que en Barnes and Noble, una librería muy popular allá, te ponen sillones mullidos al costado de los estantes de libros y hasta un Starbucks incorporado para que la gente agarre cuantos libros y revistas quiera y los vaya leyendo mientras toma un café y come un sandwich!! y luego los deje en la mesa y vengan los encargados y los vuelvan a poner en su sitio. Es increíble que hasta vi niños tomando apuntes en el piso de la librería y nadie les decía nada!!
Yo se que a ese nivel será un poco difícil llegar pero algo se debe hacer. El propósito de este post es dar críticas constructivas, ideas y hablar sobre el tema para que se pueda mejorar y finalmente las librerías tengan más clientes y más rentabilidad. Siempre es bueno escuchar el feedback de los clientes, si no cómo se mejora?!
Muchas gracias :)
Publicado por: Consuelo | 26/09/2006 en 06:56 p.m.
Haciendo de abogado del diablo.
Dirigi el area comercial de una cadena de librerias durante mas de media decada.
Por lo general los niños destrozan los libros, por lo general los padres no se se hacen responsables de los destrozos de sus hijos (por lo general esconden el libro roto entre los demas) en todo el tiempo de experiencia en libreria sólo vi un caso y era un turista.
Evidentemente las librerias son negocios, ningun dueño de establecimiento va a sonreir mientras destruyen su capital y mucho menos lo va a asumir.
Las librerias en el Perú son un negocio mayormente deficitario (la libreria que mencionas en el post, Libreria Europea del Peru quebro al poco tiempo y dejo miles de deudas a todos los distribuidores y editores locales y no por que vendiera poco, sino por que los costos se la comieron) y por desgracia la imagen que tiene el publico de las mismas es que cobran caro por que quieren, que no descuentan por que no quieren y que sus vendedores son todos unos pillos incultos.
Recuerdo que jamas contraté a ningún vendedor que no fuera estudiante o egresado de letras y sé que Crisol hace lo mismo. Lamentablemente las demas librerias siguen persistiendo en contratar mano de obra barata.
Asumir, romanticamente, que las librerias deben tratar estupendamente a todos los padres esta bien, es más yo estoy de acuerdo. Pero tambien es cierto que sera muy dificil mientras los padres no se responsabilicen por los destrozos que hagan los niños.
Por cierto recuerdo que cuando vivia fuera del Perú, en una ciudad europea caracterizada por tener estupendas librerias, pues el trato era igual al menos en todas las grandes librerias que visite.
Creo que el tema es de actitud mutua, que los padres sean responsables y los libreros seran amables
Publicado por: c | 26/09/2006 en 05:53 p.m.
El personal que trabaja en librerías desconoce por lo general incluso lo relacionado a los libros que vende. Muchos libreros del Jirón Amazonas conocen más de libros y autores que ellos. Y es que supongo que para ellos sólo se trata de un trabajo más. Hablar de técnicas de atención al cliente .. pues más que con ellos habría que tratarlo con los dueños o encargados.
Publicado por: Juan Arellano | 19/09/2006 en 06:59 p.m.
Francamente los lectores peruanos esperamos que muchas librerías lean este texto y modifiquen su forma de proceder. Imitar la forma de atención de otros países les vendría bien. Solo en algunos supermercados o en algunas tiendas por departamento los niños son dejados en libertad para escoger cuentos a gusto. Ojalá todas las librerías lo hagan también.
Publicado por: Mameri | 13/09/2006 en 09:51 a.m.