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Con respecto al correo que mando Leo la vez pasada sobre el mito del amor entre Psique y Eros donde Paulo Coelho reflexiona que el amor es un acto de fe hacia otra persona y que la fe es necesaria para poder sobrevivir al miedo y a las dificultades de la vida, esto me hizo recordar un pasaje de otra obra de Paulo, llamada Brida en donde la protagonista abandonada en un bosque de noche tiene que escoger entre la total desesperación o aferrarse a su fe. He aquí uno de mis pasajes favoritos de Brida:
“Tengo fe - comenzó a repetir, bajito-. Tengo fe en Dios, en mi Ángel de la Guarda, que me trajo hasta aquí y permanece conmigo. No se como es, pero sé que él esta cerca. No tropezaré en ninguna piedra”…
…Sintió una presencia protectora. “Necesito creer en esta presencia. No se explicarla, pero existe. Y permanecerá conmigo toda la noche, por que yo sola no sé salir de aquí”…
… No tenía otra elección: O confiaba en Dios, en su Ángel de la Guarda, o se desesperaba…
… Tenía fe. Y la fe no dejaría que el bosque fuese de nuevo poblado por escorpiones y serpientes. La fe mantendría a su Ángel de la Guarda despierto, velando.
Se recostó otra vez en la roca y se durmió sin darse cuenta.
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