Esta es una historia que trata sobre ceder y compartir, de compartir libros para ser específicos, por eso el post. Recuerdo mucho mis afanosos intentos en la biblioteca de la U. de Lima para buscar referencias para mis trabajos y en especial para mi monografía de investigación en estudios generales sobre la crianza de niños de 1 a 3 años. Aquellas “épocas” a comienzos de los noventa cuando tenia que buscar en tarjetitas ordenadas en cajoncitos que se paraban atascando!! Gracias a Dios, en mis últimos años universitarios ya habían implementado computadoras en la biblioteca. No era fácil en esos tiempos…
Ahora, luego de más de 10 años, el panorama ha cambiado enormemente con respecto al acceso a la información. Una de las empresas de tecnología más revolucionarias de los últimos tiempos esta luchando contra el sistema y las más poderosas editoriales para poder construir un índice virtual en línea con millones de títulos y fragmentos de libros que estarían disponibles para todos los que tengan acceso a la Web.
Hace un año la compañía creadora del buscador más famoso de Internet, lanzó Google Print, proyecto que consiste en escanear millones de libros, organizarlos e incluirlos en un índice gigantesco para que cualquier persona que busque un libro en Google pueda leer algunas o varias páginas. El proceso administrativo consiste en que las editoriales participantes del proyecto envían los libros a Google y este los escanea y guarda en su servidor. Lo que muestra de cada libro depende de la autorización que haya recibido por parte de los dueños de los derechos de propiedad. Asimismo, con cada resultado de búsqueda Google muestra links a librerías on-line, además de anuncios publicitarios de productos relacionados relevantes.
Lamentablemente, como para cada gran proyecto que se emprende, el camino no esta nada fácil. Todos iban juntos de la mano cuando Google escaneaba títulos de dominio público, pero el camino se bifurcó cuando empezó a hacerlo con títulos que tenían copyright. Un grupo de autores y editoriales muy importantes, han puesto el grito en el cielo y enjuiciado a Google, aduciendo de que por más que Google Print solo muestre frases y/o fragmentos de los libros, esta copiando y almacenando el 100% de su contenido en sus servidores y dándole un uso comercial. Para ellos, eso representa la más grande violación a los derechos de propiedad.
El tema presenta mucha controversia ya que la ley de copyright en los Estados Unidos si permite copiar libros “con derechos” pero solo para propósitos específicos como la investigación. Este es el argumento de Google, quien asegura estar ejerciendo su justo derecho por lo cual no tendría que solicitar permiso para proceder a copiar los libros sin ningún impedimento. Además, más allá de lo altruista del proyecto para beneficio de los usuarios de la red y la libertad de información, no esta claro todavía si Google Print provocaría algún perjuicio económico a las editoriales y autores, por el contrario, a “simple vista” y superficialmente hablando podría ayudar a incrementar las ventas y expandir el número de clientes de la industria del libro. Salvo mejor opinión…
En el juicio se deberá debatir cual es el justo uso de los derechos de propiedad, lo cual no será tan simple principalmente por la falta de antecedentes y el amplio espacio para diferentes interpretaciones que otorga la ley. A favor de Google existe otro argumento según el cual la copia de información “sin pedir permiso explicito” se justificaría, por cuanto permite que las búsquedas en Internet se realicen tal como se hacen hoy en día. Ese es el método que utiliza Google actualmente, quien dispone de un universo de 8 billones de paginas web donde buscar cuando un usuario utiliza sus servicios. Google dispone de esta base de datos por que ha copiado las páginas web sin la necesidad de pedir permisos explícitos a cada una de las personas que publican en la red.
El CEO de Google, tiene la esperanza de que al igual de lo que sucedió con el VHS y la televisión, el sistema vigente zapateará y chillará pero finalmente cederá y se impondrá la liberación del conocimiento para todos (claro, todos los que tengan acceso una computadora con conexión).
Pienso que el proyecto tiene más aspectos positivos que negativos. En primer lugar, la calidad de la información a la que tienen acceso los navegantes mejoraría y se ampliaría de manera sustancial, especialmente para los consumidores de libros: estudiantes, padres de familia, instituciones, profesores, colegios, universidades y estados. Esto a su vez implicaría una mayor exigencia para las editoriales cuando se trate de publicar libros de calidad. Las compras de libros ya no se basarían solamente en las campañas publicitarias, críticas y pasadas de voz si no también en lecturas directas de partes del libro. En segundo lugar, se impulsarían las investigaciones (profesionales, académicas, escolares y free lance) así como las compras on-line, tanto en número, como en rapidez. Los lectores podríamos encontrar libros más rápido y los autores podrían ser encontrados más fácilmente. En tercer lugar, la industria del libro tendría más parámetros para medir su eficiencia y reformular políticas y estrategias: autores y géneros más buscados, o libros o autores más comprados a raíz de las búsquedas en Google Print. En cuanto a los aspectos negativos se podría hablar de una concentración muy grande de conocimiento en manos de un solo agente, a veces las concentraciones no son buenas…que pasaría si de aquí a unos años Google comenzará a cobrar para que los usuarios tengan acceso a la totalidad de los libros que tiene en su servidor? Mucha controversia….
En fin…yo solo se que si Google Print hubiera sido realidad 10 años antes, cuando estaba en estudios generales, hubiera tipeado “crianza de niños” y voilá! más de una centena de referencias: desde gestación, pedagogía comparada y estimulación temprana, pasando por guarderías y los libros de Tracy Hogg, hasta llegar a los niños índigo. Y ahora que escribo esto me pregunto…si hubiera existido algo como Print en esas épocas, ante tanta vasta y preciada información capaz de cambiar la perspectiva con la cual tomaba mis decisiones, ¿Qué cosas no se me hubieran ocurrido? ¿Qué proyectos no hubiera emprendido? ¿Qué tanto más hubiera descubierto? Nunca lo sabré. Ahora solo espero que se comparta, que todas las partes puedan llegar a un acuerdo que beneficie y garantice los derechos de todos los involucrados para que se pueda crear la base de datos de conocimiento acumulado por siglos más grande de nuestros tiempos. Alejandría reloaded?? Perdón, por la comparación pero me encanta la historia.
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