En un reciente articulo de Universia Knowledge Wharton, se expusieron las distintas opiniones de renombrados académicos acerca de la actual controversia generada por Google, al querer escanear libros protegidos con derechos de propiedad y crear una especie de Alejandría contemporánea, lo más democrática posible según lo que su categoría digital le otorgaría.
En el pasado post “La controversia de Google print” http://i-elanor.typepad.com/ielanor/2005/10/la_controversia.html, intentábamos imaginar los pros y los contras de esta enorme revolución y esperábamos una solución al menos en el mediano plazo… Al parecer es más complicado de lo que parece, sin embargo no es imposible.
Aquí algunos extractos del artículo, en cual podrán encontrar en su totalidad en el link de abajo:
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"Google claramente está adentrándose en terreno desconocido en relación al copyright. El intento podría fructificar, y creo que ése sería el mejor resultado posible en materia de política pública", opina el profesor de Wharton de Derecho y Ética Empresarial Kevin Werbach. "Por otra parte, también es fácil que el intento fracase. La decisión está en manos de los tribunales".
No cabe duda de que la reciente iniciativa de Google para escanear trabajos protegidos por copyright deja muchas preguntas sin responder: El beneficio que proporciona la Ley de Propiedad Intelectual ¿es menor que el beneficio de disponer de libros online? El sistema de búsqueda de Google ¿supone una violación de la Ley de Derechos de Autor a pesar de que el usuario tan sólo obtiene un pequeño extracto de la obra que busca? ¿Se podría hacer una excepción en el caso de un libro cuya edición se encuentre agotada, aunque en teoría sigue estando protegido por la Ley de Derechos de Autor? ¿Debería obligarse a Google a obtener el consentimiento de los editores antes de acceder a los contenidos, en lugar de limitarse a ofrecerles una cláusula de exclusión que obliga a los editores a pronunciarse al respecto? Y tal vez lo más importante: una Ley de Propiedad Intelectual, diseñada para obras impresas, ¿sigue siendo válida en la era digital?
Independientemente de la forma en que se resuelvan todos estos temas, posiblemente Google no sea el único que decida introducirse en este terreno tan resbaladizo de los derechos de autor. Pocos días después de la presentación de Google Print, Amazon presentaba dos nuevos programas: Amazon Pages y Amazon Upgrade. Con estas iniciativas Amazon pretende aplicar a los libros lo mismo que el iTunes de Apple Computer hizo con la música: permitir que un consumidor compre todo un libro, o sólo una parte, del mismo modo que los consumidores actualmente pueden comprar una única canción sin tener que comprar todo el álbum. Amazon Pages permite al comprador adquirir sólo un capítulo o incluso una página. Amazon Upgrade proporciona acceso online a cualquier libro que se pueda adquirir.
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Según Peter Fader, profesor de Marketing de Wharton, es difícil comparar los respectivos planes de Google y Amazon. Por poner un ejemplo, el esfuerzo de Amazon es más utilitario: pagas por la página que necesitas. El esfuerzo de Google consiste en el máximo de información posible. "Los dos enfoques son totalmente distintos”, sostiene el profesor. “Hay un momento y un lugar para cada uno”.
Werbach señala la “asombrosa ambición de Google: organizar la información mundial. Escanear libros para incluirlos en su base de datos parece ser el siguiente paso lógico hacia dicho objetivo. Una vez que Google se ha embarcado en esta aventura, sus competidores se han visto obligados a subirse al tren. Los libros son una enorme fuente de conocimientos que no resulta tan accesible como el resto de materiales de la Red".
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De acuerdo con R. Polk Wagner, profesor de Derecho en la Universidad de Pennsylvania, en este caso judicial entre editores y Google se juega todo a cara o cruz. Por ejemplo, Google no venderá directamente el libro, pero indicará los lugares en los que éste se puede adquirir. La catalogación de Google también podría suponer algún beneficio económico para el titular del copyright, especialmente si la persona que accede al libro acaba comprándolo. Además, Google puede alegar que su catalogación de libros es un servicio que constituye un bien común. Un argumento que se puede hacer a favor de Google es que su biblioteca digital satisface las necesidades de información de la sociedad, señala Werbach.
Wagner, sin embargo, sugiere que el sector de los libros está alerta ante la posibilidad de que Google permita el acceso a trabajos protegidos por el copyright a través de sus servidores y se convierta en distribuidor de facto de contenidos de las editoriales. Google, según Schroeder, debería obtener permiso antes de crear lo que podría ser un negocio rentable: constituirse en guardián del acceso a los libros.
Es bastante poco probable que este jaleo se solucione pronto. "De cualquier forma, es posible que el caso llegue hasta el Tribunal Supremo y, por tanto, pasarán por lo menos dos años antes de que sepamos el veredicto", afirma Werbach.
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Otro posible factor a tener en cuenta en el sector del libro es el poder de las bibliotecas, algunas de las cuales han adoptado los métodos de digitalización de Google. El objetivo de las bibliotecas es lograr que sus colecciones estén abiertas a todo el mundo. La digitalización les permite llegar a una audiencia mucho mayor, incluso si en el futuro se presentan problemas con el copyright. De hecho, Mary Sue Coleman, presidenta de la Universidad de Michigan, ha declarado que en su biblioteca se da la bienvenida a todo el mundo. “Como educadores, la posibilidad de compartir estas obras tan importantes con gentes de todo el mundo es muy alentadora", decía sobre el anuncio de Google del 3 de noviembre, “Pensemos en las puertas que se abrirán a los estudiantes; la distancia geográfica no volverá a ser una traba para la investigación".
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En opinión de algunos expertos de Wharton, todo este revuelo que ha generado la digitalización de los libros no deja de ser algo sorprendente. La pregunta más evidente es por qué estas colecciones todavía no están disponibles online. John Mark Ockerbloom, planificador y arquitecto de biblioteca digital de la Universidad de Pennsylvania, afirma que la necesidad de escanear libros y ofrecerlos online no es precisamente un acontecimiento nuevo. "Hace tiempo que sabemos que los usuarios estaban interesados en acceder a nuestra información en formato digital. El problema ha sido desempeñar todas las tareas y digitalizar rápidamente tanto material".
En efecto, la Universidad de Michigan señala en su página web que su acuerdo con Google les permitirá en siete años digitalizar su colección de siete millones de volúmenes. Bajo este acuerdo, Google escaneará una copia para su base de datos y otra para la Universidad. Michigan empezaba en 1995 a escanear sus libros para ofrecerlos online, pero hasta la fecha sólo ha completado 9.000 ejemplares. La Universidad sostiene que, a ese ritmo, les habría llevado “más de 1.000 años digitalizar todas sus colecciones actuales".
En el fondo, para los editores en la actualidad lo que está en juego son los principios económicos que han regido el sector durante los últimos 150 años, afirma Daniel Raff, profesor de Gestión de Wharton. El mundo editorial vive de producir libros, generar inventarios y venderlos. En medio de todo este proceso los mayoristas, los minoristas y las editoriales se llevan su parte. Si las ediciones digitales –a través de Google, Amazon o cualquier otro–, se popularizan, el sector podría plantearse abandonar la producción antes de la demanda y adoptar una producción bajo demanda, señala Raff. "Al final lo importante es que el sector del libro lleva con nosotros desde hace muchísimos años y ahora se encuentra en un momento histórico en que la tecnología está obligándole a realizar cambios dramáticos. La evolución en este caso ha actuado a cámara lenta".
Según Wagner, se necesitará algún tiempo para solucionar los problemas empresariales y de derechos de autor asociados a la digitalización de los libros. En su opinión, lo mejor del caso entre Google y el sector editorial es que la demanda judicial interpuesta sentará las bases para regular los derechos de autor en el mundo digital. "Veremos cómo funciona la Ley de Propiedad Intelectual en el mundo real"
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Aquí el artículo completo: http://wharton.universia.net/index.cfm?fa=viewArticle&id=1068&language=spanish
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