Caminando entre los pasillos llenos de libros de una librería cercana a mi casa, iba recreándome la vista cuando descubrí un pequeño libro naranja llamado Live what you love – Vive lo que amas. ¿Otro libro más que cree que nos va a decir como hacer nuestros sueños realidad? No resistí la tentación y lo compré.
En sus páginas descubrí más que consejos de gurú, experiencias de vida de dos estadounidenses comunes y corrientes que se atrevieron a vivir una vida inusual y llena de atrevimientos para con su cruel sistema. Una vida llena de amor, perseverancia, caídas y levantadas, realismo y fe.
A mediados de los 70, los esposos Bob y Melinda Blanchard, eran un trabajador social que ganaba 500 dólares mensuales y una “heredera” de 8 mil dólares, respectivamente. Tenían la ilusión de trabajar juntos en un negocio propio así que Bob renunció e invirtieron su pequeña fortuna en una tienda de menaje de cocina. Tres décadas y ocho negocios después, los Blanchard empiezan a contar sus historias. Como ellos mismos lo dicen “siempre hemos seguido nuestros corazones, invirtiendo nuestro tiempo en cosas que realmente nos importan y rodeados de gente que amamos”. Suena maravilloso, marketero y para los escépticos y pesimistas, falso, pero al leer el libro me di cuenta que lograr eso cuesta un precio que no muchos se atreven a pagar.
Actualmente, son dueños de un restaurant en la exclusiva isla caribeña de Anguilla, han escrito 4 libros y están evaluando la posibilidad de construir un hotel y resort.
Lo que es resaltante en los Blanchard es que a pesar de ser una pareja extranjera, sus experiencias, luchas y sueños no son muy diferentes a las que tenemos los peruanos. Son personas que sufrieron por que tuvieron a su hijo prematuramente y con muchas complicaciones, quedaron en la bancarrota, algunos de sus sueños se frustraron y tuvieron que comenzar de cero.
Aquí algunas de las anécdotas llenas de inspiración para aquellos que todavía creen que los sueños se hacen realidad solo con sangre, sudor y lágrimas.
>> Aterriza tu sueño
Los jóvenes Blanchard soñaban con vivir en California, una casa estilo victoriano con vista al mar y una tienda de menaje para cocina. Dejaron su casa en Vermont y viajaron a California en una casa rodante con su hijo de 4 años. Cuando por fin encontraron la casa de sus sueños se dieron cuenta que no eran muy bienvenidos en el vecindario; cuando encontraron el local para su tienda ideal, se dieron cuenta de que los clientes (en su mayoría militares) jamás les comprarían ni una sola sartén. De vuelta a Vermont.
>> Creatividad en los momentos más desesperados
Luego de la aventura de la tienda de utensilios de cocina, los Blanchard intentaron con varios negocios similares, sin embargo no les fue bien. Se habían endeudado por 200 mil dólares y tuvieron que vender casi todo lo que tenían para pagarlo. En su libro cuentan detalladamente el momento de pánico y desazón en que contaron hasta los centavos para pagar su deuda al banco, quedándose tan solo con cerca de 4 mil dólares.
Ya en su hogar, reflexionaron sobre lo reducido del mercado de su pueblo, no se podían arriesgar a comenzar otro negocio vendiendo lo mismo. Sin embargo, amaban Vermont, no se querían ir. “Tienes razón, tenemos que ingeniarnos como podemos vivir aquí y crear productos que se vendan en Boston o Nueva York” dijo Bob.
Hasta que se les ocurrió la idea de embotellar las salsas que hacia Mel. Comenzaron a invertir cuidadosamente sus 4 mil dólares restantes en botellas e insumos. Mel pasó meses probando recetas y Bob diseñando etiquetas. Como él mismo lo cuenta en el libro, obtuvo un trabajo en construcción, como carpintero, consiguiendo de alguna manera espantar a los lobos que venían a cobrar las deudas.
>> Trabajo duro
Cuando decidieron incursionar en el negocio de las salsas, convirtieron su casa literalmente en un almacén, trabajaban hasta la media noche, se quedaron sin sala e hicieron que su pequeño hijo los ayudara a tapar las botellas. Orgullosos se presentaron los tres con su stand en una feria de productos gourmet, donde repartieron muestras y aprendieron mucho sobre el negocio. Nuevas vinagretas y salsas para postres fueron saboreadas y les hicieron muchos pedidos, incluyendo las grandes cadenas Blommingdale y Macy´s. Sin embargo cuando hicieron cuentas, recordaron que no tenían nada más una batidora para comenzar. Afortunadamente, el banco les concedió un préstamo en función a los pedidos que totalizaban alrededor de 35 mil dólares.
>> Principios y valores
El negocio de las salsas gourmet, prosperó rápidamente y de nuevo se estabilizaron económicamente. Como citan en el libro: “La vida no era mala, trabajábamos juntos, nos ganábamos la vida dignamente y amábamos Vermont. Pero las presiones del negocio se estaban comenzando a sentir como un gran peso sobre los hombros. La visión que nuestros socios tenían del negocio era radicalmente diferente a la nuestra, y nos encontrábamos más tiempo mirando estados financieros y hojas de cálculo que creando nuevas recetas y nuevos planes de marketing. No nos disgustaba lo que hacíamos pero la chispa se había ido. Nuestro trabajo había caído en la trampa del ´no esta tan mal´”.
La gota que rebasó el vaso de agua, fue cuando Bob tuvo una conversación con el gerente de un gran supermercado que le contó insinuantemente, el caso de dos tiendas de especias que peleaban por un espacio exclusivo en sus estantes. La que salió triunfante, le compró al supermercado toda la mercadería de su rival y la destruyó, para luego llenar exclusivamente con sus productos los estantes del supermercado sin ningún costo para este último.
Eso fue suficiente para los Blanchards, quienes con más frecuencia empezaban a incluir en sus conversaciones diarias la palabra Anguilla. Como sería la vida si nos mudáramos al Caribe? Las semanas siguientes, pensaron mucho acerca de sus vidas y sobre el hecho de que no encajaban en ese mundo de tejes y manejes de los comerciantes. Su sueño de mudarse a la isla cada vez más se hacia más concreto cuando lo comparaban con otras opciones de vida. Todo lo demás ya es historia escrita en su libro A trip to the beach. Actualmente Blanchard´s Restaurant es uno de los más exclusivos del Caribe.
>> Si lo quieres: Hazlo!
Habiéndose ya establecido con el restaurant en Anguilla, Bob comenzó a sentir nostalgia por Vermont, así como fastidio por el hecho de tener que estar viviendo en hoteles y casas de familiares cuando cerraban el restaurant y regresaban a USA en la temporada de huracanes. Luego de una reprimenda por malagradecido, a su esposa, Mel se le ocurrió la idea de comprar un terreno a un precio accesible en Vermont para construir en el futuro una casa propia donde quedarse. La moción fue aceptada y empezaron a construir el sueño. Bob comenzó su proyecto estudiando e investigando todo acerca de arquitectura. Junto con su hijo, que vivía en Nueva York, hicieron planes para construir la casa juntos. Bob tenía experiencia en construcción y se propuso enseñarles.
>> Responsabilidad social
La decisión de construir una casa en Vermont, tendría consecuencias graves. Los Blanchard, tendrían que estar lejos de Anguilla más de lo previsto. Quien atendería el restaurant? Ellos estaban 100% inmersos en el negocio. Mel, una chef autodidacta, era la encargada de preparar la comida, mientras que Bob, el experto en vinos, sentaba a cada uno de los clientes.
Justamente uno de sus clientes fue quien les ofreció comprarles el restaurant, y con aquella suma hubieran podido construir su casa soñada. No eligieron eso. Luego de pensar en la familia que habían formado con el personal de su restaurant, no pudieron dejarlos a su suerte. Hicieron algo que no muchos se atreverían. Depositaron toda su confianza en esa decena de anguileños.
Los convocaron a una reunión donde les comunicaron sus planes de ausentarse por unos meses y les enseñaron todo lo que debían saber para poder atender el restaurant y mantenerlo en el mismo nivel de calidad de siempre. Con nuevos conocimientos, nuevas responsabilidades adquiridas y mediante una comunicación telefónica constante, confianza y optimismo, el staff pudo pasar la prueba mientras la familia Blanchard construía su casa en Vermont, 7 días a la semana, hasta 14 horas al día y sin contratar profesionales ya que el presupuesto no alcanzaba.
>> Reciprocidad
Seis años después, en el año 2004, una vez terminada la casa, los Blanchard llevaron a todo su personal a unas vacaciones en Vermont, para que conocieran lo que es el invierno. Fue un paseo original y divertido para los chicos caribeños quienes vieron nieve por primera vez y pudieron aprender a esquiar y divertirse con los típicos juegos de invierno.
Para esta época, Bob y Melinda ya habían publicado su libro A trip to the beach, donde narran las aventuras y dificultades que pasaron al establecerse en Anguilla y crear su restaurant. Realmente lo más emocionante y divertido fue cuando, una tienda de cocina en Vermont se enteró que estaban de regreso en el pueblo y los invitó para que autografiaran algunos libros. Grande fue su sorpresa cuando llegaron y encontraron a más de 120 personas que querían conocer a aquellos personajes anguileños, protagonistas del libro. En una algarabía inesperada, la gente preguntaba quien era quien y les pedían autógrafos, los cuales fueron específicamente firmados cerca del nombre o de la foto en la que cada uno aparecía en el libro. En palabras de Bob, el personal del restaurant tenia todo un club de fans y no lo sabían!
Navegando en su página web, pude ver que Garrilin, Lowell, Bug, Miguel y otros más no solamente se han ido de paseo a Vermont, sino también a México, Disney y Francia.
Vive lo que amas nos alienta a perseverar y buscar la vida que soñamos, pero no aquella que vemos en los programas de tv, llena de riquezas y lujos, no aquella plasmada en las revistas de moda o comerciales publicitarios, si no aquella imagen que nos espera cuando nos quedamos solos con nuestros pensamientos en medio de un gran grupo de gente o cuando apagamos la luz para irnos a dormir.
Si se pudiera describir la formula de Vive lo que amas para cumplir nuestros sueños en solo seis palabras, estas serian: amor, coraje, perseverancia, trabajo duro, creatividad y fe. Seguro ya lo sabían pero siempre es bueno recordarlo.
“Las cometas no vuelan sin hilos; los botes sin anclas se pierden en el mar. Amarra tus sueños a la realidad o prepárate para una búsqueda agotadora.” Live what you love
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Amados: muy lindo este tema, pueden ayudarme como hacer un restautante, donde puedo encontrar informacion al respecto, pues tengo este sueno desde hace mucho tiempo. gracias.. dios los bendiga
Publicado por: cira diaz ortega | 29/09/07 en 18:35
Excelente libro, muy bien comentado
Felicitaciones
Saludos de un peruano desde Breitenbrunn Alemania.
Publicado por: Jorge Rivero | 13/09/07 en 5:10
Vive lo que amas... Serìa lo ideal,pero, siempre la fatalidad tiende a interponerse llegando algunas veces a hacerse insostenible. La suerte tiende a jugar un rol fundamental cuando se desea que un sueño se haga real. El problema surge cuando la suerte no esta al favor de uno. De nada sirve tener cualidades, virtudes y talentos si no se tiene suerte en la vida.
Publicado por: Alexia | 06/02/07 en 14:07
Vive lo que amas y ... ama lo que vives .. la diferencia no solo es semantica ..detras de esa reflexion esta toda una filosofia de vida... ¿ cuando es que elejimos ? Elegir es vivir y me quedo con esta frase de tu post:
"...siempre hemos seguido nuestros corazones, invirtiendo nuestro tiempo en cosas que realmente nos importan y rodeados de gente que amamos..." Esto resume todo y yo subordino mis pensamientos y actos con lo que dictan mis sentimientos...
La responsabilidad y la justicia social implican compromisos y , para poder comprometernos con los demas debemos empezar con nosotros mismos.
Este ha sido un post inspirador
Salu2 !!!
Publicado por: Arturo | 24/01/06 en 17:26
Hola Milton, yo también leí ese libro, donde Bill salía al pie de una carretera. Realmente, siempre es una inspiración...miralo a ahora, inspirando a cientos de empresarios a que volteen a ver la pobreza del mundo. A la fecha su fundación, Bill&Melinda Gates es la que más a donado en la historia a nivel mundial...
Publicado por: Consuelo | 03/01/06 en 23:01
Ahora que leo sobre libros que cambian vidas, hace 10 años lei Camino al futuro de Bill Gates y nunca volvi a ser el mismo, lo paradojico es que ahora estoy del otro lado: del software libre, pese a inspirarme la vida de Bill Gates en su momento y como visualizaba el futuro...
Publicado por: Milton Rojas | 03/01/06 en 21:01